Castillo Vicci, Alberto2023-11-212023-11-212019http://159.69.0.167/jspui/handle/123456789/561"La filosofía informacional persigue resolver algunos de los problemas tradicionales de la filosofía con nuevos métodos y enfoques científicos- filosóficos; métodos transdisciplinarios basados en la física moderna, la biología, la neurociencia y las ciencias de la información. En cuanto a la base común de estas ciencias para explicar la creación y desarrollo de cuanto existe (ontología), conocemos (epistemología) y decidimos libremente (libre albedrío) nuestra conducta consciente, por la información que se crea, se mantiene y aumenta en lo existente. Para la filosofía informacional, la información es mucho más importante como instrumento de análisis y crítica del filósofo a los problemas que aborda que la lógica y el lenguaje, aunque se combine con ellos; puesto todo lo que somos, hacemos y comunicamos tiene información. Particularmente, la filosofía informacional construye modelos del conocimiento, la mente y el libre albedrío basados en procesos de información. La filosofía informacional es una filosofía de procesos de información. El propósito de nuestro Trabajo de investigación científico-filosófica es el de presentar un modelo integrado, formal, preciso y riguroso, de las teorías del conocimiento, de la mente y del libre albedrío que sustituya los que propone, aunque de manera separada, disjuntas, la filosofía informacional y las expresa con la ambigüedad del lenguaje ordinario. Modelo integrado cuya dinámica e interrelación se manifieste en principios y razonamiento (logos) formales— lo que denominamos, por sus principios inteligibilizadores, como la lógica de la filosofía informacional— según antes dijimos; para representar de forma convencional, como instrumento operacional, la correspondencia entre la información contenida en las estructuras y procesos del mundo material externo o mundo cognoscible, y las estructuras y procesos del mundo interno de la mente o mundo cognoscente. De tal manera que las teorías del conocimiento, de la mente y del libre albedrío que toman a la información como objeto común en la filosofía informacional, tengan bases formales y rigurosas; valga decir, bases lógico-matemáticas. Estas teorías son presentadas en la filosofía informacional separadamente y en el lenguaje ordinario sin rigor; cuando el acto de conocer, los estados mentales y el razonamiento consciente y libre están íntimamente imbricados; y pueden ser tratados matemáticamente, con mayor precisión y rigor, empleando lógicas postmodernas. Aunque las ciencias de la información incluyen a las lógicas computacionales de la lógica cuántica y la borrosa, la filosofía informacional no ha hecho mayor uso de aquéllas, como en nuestro Trabajo buscamos hacer; apenas un esbozo muy breve sobre la historia de la lógica es incluido en su página web. En síntesis: se persigue, entonces, en el ensayo con que optamos al III Premios Razón Abierta 2018/2019, el establecer los fundamentos de la lógica de la filosofía informacional. En la filosofía informacional, el conocimiento humano se define como el grado de isomorfismo parcial (relación de correspondencia) que pudiera darse entre las estructuras y procesos de información del mundo externo de la materia y la energía, y las estructuras y procesos cognitivos del mundo interno de la mente. Si vemos una silla y una mesa hechas ambas de madera, la materia es la misma, pero su diferente organización en dos escalas, la de los valores intermedios de la física clásica y su estructura más fundamental de la mecánica cuántica; nuestros sentidos perciben la forma que en el caso de la visión en fotones se transmite la información al cerebro y allí, de manera que no sabemos —y algunos físicos [Stapp, H.;2011] suponen otra física distinta a la clásica y a la cuántica con otra matemática por descubrirse—, tomamos conciencia con imágenes distintas según la información contenida en sus estructura de organización material. La mente es (in)formada como lo manifestó Aristóteles y los filósofos informacionales llaman isomorfismo o correspondencia entre la información en la materia y la energía del cerebro y la información cognitiva en la mente. Nuestra crítica es que no puede haber isomorfismo matemático entre estructuras tan distintas como lo son la mente y la materia, pues hasta ahora no sabemos cómo se representa en la mente la información neuronal, aunque por supuesto hay teorías al respecto desde la antigüedad. Pero sí en representaciones convencionales como es el caso de lógica cuántica que inteligibiliza la razón de la mecánica cuántica y la borrosa que lo hace con la mente. Al modelo de la mente se le describe en la filosofía informacional como el registro y reproducción de la información contenida en representaciones mentales; y al libre albedrío, como dos fases de la dinámica de representaciones mentales: una indeterminista que ofrece una agenda de posibilidades para escoger obrar por reflexión y elección, de una manera u otra o de abstenerse a obrar; y otra determinista, en que por voluntad libre se escoge una de las posibilidades de proceder. En este caso, nuestra crítica es que el actual modelo de la filosofía informacional no establece relación alguna entre aquellas representaciones, aunque todas se fundamentan en la captación, registro, reproducción y creación de información con que se experimentan experiencias actuales y se comparan con las pasadas. Nuestro modelo cuántico-borroso sí lo hace, por medio del algunos teoremas que han demostrado que en entre la lógica cuántica y la borrosa hay un isomorfismo que establece que una es imagen de la otra. Pero, lo más importante es que tal relación no es determinista sino determinista adecuada descubierta por la mecánica cuántica que nos abre la posibilidad de descubrir nuevas relaciones y crear organizaciones mentales y físicas que aumentan la neguentropía y el orden en el cosmos y nos hace co-creadores en un universo continuamente emergente hacia la creciente complejidad como lo avizorarón el paleo-antropólogo Teilhard de Chardin por caso y filósofos, físicos y neurólogos y otros más [Eccles, J. Popper, K.; 1979] en el siglo pasado con los avances de sus campos de conocimiento respectivos.. El modelo que presentamos en este ensayo es un modelo formal, que une e integra la ontología (lo que hay), la epistemología (como lo conocemos) y el libre albedrío (como lo usamos conscientemente) en la filosofía informacional, bajo un solo enfoque: el del logos convencional, preciso y formal de la lógica matemática postmodernista; esto es: las lógicas desarrolladas a partir de los años sesenta del siglo pasado, particularmente la lógica borrosa multivalente. Pero, no se fundamenta en un isomorfismo entre las estructuras de información y las estructuras cognitivas sino entre sus representaciones; pues el isomorfismo es un término o concepto matemático que se emplea como función de correspondencia para un mismo tipo de estructuras abstractas, como la filosofía informacional asume, pero que no lo son en este caso. La información contenida en las estructuras de información del mundo externo cognoscible (sea aquél materia o energía) no tiene intencionalidad, significado, contenido o referencia; mientras que la información contenida en la mente cognoscente, sí los tiene; y es lo que hace diferente a la mente de la materia: dos tipos de estructuras diferentes de información. Las representaciones mentales de la información que se comunica desde las estructuras informacionales del mundo material por los sentidos (datos de los sentidos) a la mente en la percepción, sí tienen intencionalidad pues se dan en la mente del sujeto, y en tal caso son de igual tipo con la información contenida en las estructuras cognitivas de la mente. En consecuencia, es correcto usar el término matemático isomorfismo en el grado de su correspondencia entre dos representaciones mentales. Las representaciones mentales son inmateriales, al menos hasta ahora no se conoce científicamente cómo se representa la información de alguna forma en el sistema neuronal del cerebro. Pero, en sus representaciones convencionales externas, empleando algún sistema de símbolos como instrumento operacional, se expresan materialmente por medio de un lenguaje convencional, como son el natural, el científico o el formal. El modelo integral del conocimiento, la mente y el libre albedrío que presentamos en nuestro Trabajo , se expresa en una representación convencional formal de la lógica matemática, como instrumento para operar sobre los fenómenos mentales que representa. El logos matemático de representación formal de la materia y la energía a escala cuántica, más general que usamos, es el de lógica cuántica; como lo es el logos de la representación de la mente, el lenguaje de la lógica borrosa del que nos servimos. Sobre resultados matemáticos de su equivalencia, podemos construir un modelo cuántico borroso; no sólo con un isomorfismo parcial entre ambas lógicas, sino también un procedimiento para calcular la medida en que podemos decir que un objeto cognoscible es conocido por un sujeto cognoscente. En consecuencia, nuestro paradigma en este ensayo es el de una epistemología borrosa; esto es, que sólo conocemos en algún grado de borrosidad, de pertenencia entre conjuntos borrosos de representaciones del objeto cognoscible por el sujeto cognoscente. Tal como se expone en el modelo cuántico borroso en el Trabajo desarrollado. El modelo cuántico borroso citado tiene dos fases: la primera se da con la experiencia actual de un acto de percepción del mundo externo en nuestra mente; valga decir, la relación mente/cerebro. La segunda, cuando comparamos la representación de la experiencia actual con nuestras pasadas experiencias; y seleccionamos libremente su correspondencia y sobre ésta escogemos una determinada acción. Como lo establece la filosofía informacional, pues la información por la que conocemos es la de un conocimiento accionable. Conduce a acciones de comportamientos observables. La representación de la primera fase se expresa convencionalmente en lógica cuántica; la segunda fase en lógica borrosa. Hay un isomorfismo parcial entre ambas, cuyo grado se puede medir en la relación de probabilidades en que una familia de proposiciones en lógica cuántica sea verdadera para un conjunto ordenado de proposiciones acerca de un sistema cuántico Y tal relación es equivalente al grado de pertenencia de esa familia de proposiciones a un determinado conjunto ordenado de lógica borrosa. Esta relación probabilidades/pertenencia, es el grado de conocimiento del mundo externo que podemos alcanzar en una experiencia dada y es aumentado en la medida que incrementamos la información, reduciendo la incertidumbre de nuestro conocer y proceder, de nuestras responsabilidades y valores. La tesis que sostenemos en nuestro Trabajo principal es que el grado de relación entre probabilidades en la lógica cuántica y pertenencia en la borrosa de determinadas familias de proposiciones que se alcance, es el grado de conocimiento o de certidumbre posible sobre el mundo externo a nuestra mente representado en aquélla, para un estado de cosas del mundo. Los resultados de esta investigación sugieren una epistemología borrosa para la filosofía informacional. Tal epistemología borrosa la expresamos en un modelo que denominamos cuántico borroso. Como anunciamos antes, nuestro ensayo tiene como propósito presentar un modelo dinámico, un logos, una lógica, una justificación para una metafísica experimentable basada en la filosofía informacional, que explique el conocimiento y su comunicación formal en cualquier dominio del pensar, los estados mentales correspondientes a ese conocimiento y su libre y consciente selección. Con tal fin, vamos a recurrir al logos cuántico borroso para establecer un modelo de representación de la mecánica cuántica y otro del razonamiento y pensar humano. Ambas se fundamentan en la incertidumbre, tanto de la información intrínseca en las estructuras y procesos del mundo externo, como la borrosa de nuestro mundo interno. Nuestro fin último es darle a las teoría del conocimiento, de la relación mente/cerebro y libre albedrío de la filosofía informacional las bases formales y rigurosas en que la definición del conocimiento, valga decir información, como un isomorfismo— entre representaciones de las estructuras de información del mundo exterior y las estructuras cognitiva del mundo interior— sea correcta y permita un procedimiento para medir el grado de conocimiento que tiene un sujeto de un objeto, de manera matemática y científica. El isomorfismos se debe buscar entre las representaciones mentales cuyos contenidos son la experiencia actual y las experiencias pasadas registradas y reproducidas. Para lograr los fines así fijados en el Trabajo Principal, comenzamos exponiendo algunos elementos de la filosofía informacional y como pretende contribuir al progreso de la filosofía, en (2) ; luego, la situaremos en el marco histórico de la evolución de la lógica, como estudio del logos o principios del razonamiento y uso correcto del conocimiento, dentro del contexto histórico de la filosofía, las matemáticas y la ciencia pertinentes a este ensayo, en (3); como también la historia de las teoría del conocimiento en las escuelas que anteceden a la filosofía informacional, en (4); luego, la crónica de las teorías de la relación mente/cerebro antes de la filosofía informacional como correspondencia entre objeto y sujeto, en (5); la crónica del libre albedrío en su aspecto metodológico, en (6); para pasar, después, a presentar con más detalle las teorías del conocimiento, de la mente y del libre albedrío de la filosofía informacional, en (7); seguimos, con un análisis crítico de aquellas teorías en la filosofía informacional, en (8) ; para luego proceder a desarrollar un sistema de representación de las estructuras de información del mundo externo, físico, y también las estructuras de información, del mundo interno mental, por medio de una lógica de múltiples valores y conjuntos borrosos en las que pueda darse un isomorfismo entre estructuras externas materiales e internas mentales, y se ha procurado hacer todo este capítulo auto contenido que puede seguir el lector sin estudios avanzados de lógica matemática, en (9); a partir del cual se puede establecer el grado de pertenencia o medida que se logre entre mundo de cognoscible, material de las estructuras de información al de las estructuras cognitivas del mundo mental, y éste es el grado de conocimiento subjetivo que podemos tener del mundo externo, que denominamos epistemología borrosa e impone modificaciones a la teoría de la correspondencia, como paradigma actual de la filosofía informacional, en un modelo integrado que denominamos cuántico - borroso o MCB, en (10); finalmente, se presenta algunos lineamientos para una epistemología borrosa en (11); las conclusiones en (12) y la bibliografía consultada, en 13. Para el presente documento justificativo sólo expondremos algunos conceptos básicos de la filosofía informacional, nuestras críticas a su actual modelo epistemológico, relación mente/cuerpo y libre albedrío y sus respuestas a las preguntas de razón abierta como, también, un esbozo del modelo cuántico borroso y las conclusiones".esCiencias de la ComputaciónCiencias de la ComputaciónLa lógica de la filosofía informacionalArticle